dimanche 19 juillet 2009

Mi curiosidad por Madrid se había acabado hace meses, ya lo había hecho todo, lo había visto todo, lo había sentido todo así que pensé que ya había llegado el momento de irme a otro lugar y caminar por calles extrañas, perderme por ellas hasta hacerlas mías como mías hice las calles Pez, Barco, Madera, Espíritu Santo y San Vicente Ferrer por donde aún me perdía hace un mes y creo que no me equivoqué cuando puse punto y final a Madrid pero confieso que siempre que puedo veo el telediario por el canal internacional con la esperanza de que lanzasen la bomba atómica en la calle Pez para volver a ver, una vez más, mi rincón favorito de Madrid pero hoy paseando por Lyon pensé que no se estaba nada mal por aquí arriba, al norte del norte, a mil ochocientos kilómetros de mi verdadera casa, donde mis padres ven la televisión con la esperanza de que les llame pronto por teléfono.